Se denomina plexo hemorroidal al conjunto de venas que se encuentran dentro de la submucosa del recto y del ano.
Este sistema venoso cuenta con seis ramas principales y se divide en una parte interna o superior y en otra parte externa o inferior. La insuficiencia venosa o la dilatación de alguna de las partes del plexo hemorroidal da lugar a una patología conocida mundialmente: las hemorroides.
Existen dos tipos principales de hemorroides. Por un lado están las hemorroides externas, que afectan a la parte inferior del plexo hemorroidal y, por otro, se pueden dar hemorroides internas situadas en la parte superior. Comúnmente se comete el error de pensar que esta dolencia consiste en la aparición de las propias hemorroides, sin embargo estas forman parte de la fisionomía normal del cuerpo.
Las hemorroides o el plexo hemorroidal constituyen una especie de cojín, formado por el sistema venoso y ateriolas, que es utilizado por el organismo para contener las heces y proteger la mucosa anal. Lo que se conoce como hemorroides es, en realidad, una enfermedad de la zona anal en el que el plexo hemorroidal se hincha y produce diversos síntomas dolorosos.
La aparición de la enfermedad hemorroidal puede deberse a distintos factores que influyen en la presión de este sistema venoso, como el estreñimiento, la obesidad o el embarazo. Una de las causas más frecuentes es estar por prolongados periodos de tiempo sentados.
El diagnóstico es sencillo y los síntomas, como el sangrado o el dolor al defecar, son bastante evidentes. Aunque existen varios grados según la gravedad de cada caso también hay diversos tratamientos para eliminarlas, siendo la cirugía necesaria solo en los más agudos.
Además se puede prevenir su aparición, ya que existen factores hereditarios, mediante pequeños cambios como llevar una alimentación rica en fibra o practicar deportes que activen la circulación.