A pesar de que pueda parecer un tratamiento inofensivo, existen importantes contraindicaciones de tomar antiácido con frecuencia.
Las pastillas antiácidos son el remedio preferido contra el reflujo gastroesofágico y es que, la periodicidad con la que podemos llegar a consumirlas es tal, que en algunos casos se vuelven crónicas. Sin embargo, no están exentas de riesgo.
El estómago contiene unas células encargadas de secretar ácido clorhídrico para facilitar las digestiones. Este ácido es capaz de desnaturalizar las proteínas y ciertos componentes de los alimentos que ingerimos.
No obstante, ocurre en ocasiones que o bien por el tipo de comida (resulte grasa en exceso, pesada, etc.) o por situaciones personales (estrés, cambios en los ritmos horarios, etc.) la cantidad de ácido que secreta nuestro estómago es superior a la normal.
En esos casos, las pastillas antiácido son capaces de ejercer su función. Ahora bien, presentan distintas contraindicaciones que muestran su implicación a distintos niveles.
Por un lado, al reducir el ambiente ácido natural del estómago, se facilita la proliferación de organismos patológicos digestivos; además, muchos nutrientes no pueden absorberse y se pierden tras su ingesta.
Ahora bien, uno de los mayores problemas e inconvenientes derivados del uso de antiácidos consiste en enmascarar otro tipo de afecciones de mayor importancia como ocurre en el caso de la hernia de hiato.