Durante la Semana Santa aumentan notablemente los problemas digestivos; y es que, aunque las vacaciones de asocian con un momento de relax y tranquilidad, no siempre es así.
Nuestros horarios cambian, nuestras costumbres alimentarias también, abusamos de alimentos más picantes o ácidos, abandonamos nuestras rutinas diarias de ejercicio físico… El resultado, es un aumento en las indigestiones, además del reflujo y acidez gástrica que nos pasan factura durante el periodo vacacional.
Así, algunos de los síntomas más frecuentes de esta etapa son el reflujo, la gastritis, la distensión abdominal y las diarreas. Todo ello, en la mayoría de los casos propiciado por una inflamación de la mucosa digestiva que repercuten en serías molestias para el paciente.
Por ello, si de forma habitual sueles experimentar esta serie de alteraciones en tu tracto digestivo, es importante que tengas especial cuidado con los alimentos picantes, especias y condimentos que vas a escoger para esta Semana Santa.
Huye de las comidas tardías y copiosas, pues no hacen más que agravar los síntomas, provocando más acidez e inflamación en tu aparato digestivo. Evita comer a partir de las 3 e ingerir alimentos a partir de las 10 de la noche, cuando las digestiones son más pesadas.
Las frituras y los preparados contundentes también favorecen la aparición de molestias, por lo que si sueles padecer de males de estómago, intenta reducir el número de este tipo de alimentos. Tu cuerpo te lo agradecerá, y es que la inflamación digestiva también interviene a nivel intestinal, incrementando los síntomas en pacientes con hemorroides.
Si sueles padecer molestias digestivas crónicas, es posible que detrás de esos signos haya alguna patología no descubierta, que esté agravando el cuadro clínico. Si padeces problemas digestivos, consúltanos.